Hermandad_____________________
Italoargentina
Prof. Maria Dalleves
Etimológicamente la palabra hermandad proviene del latín “germanitas”, de “germanus” que significa “fraterno”. Este término es utilizado para definir la relación de consanguinidad que existe entre dos personas, aunque tambiénpuede vincularse con la afinidad y amistad que existe entre un grupo de personas o pueblos.
La hermandad implica un conjunto de actos y conductas que se fundamentan en los sentimientos de mutuos compromisos, acompañado de solidaridad y distintos modos de expresarlos hacia los demás.
Argentina e Italia son países hermanados por corrientes migratorias que han fusionado sus culturas a través de vínculos históricos y de una consolidada hermandad, manteniendo lazos estrechos solidarios y culturales que se sostienen a través del tiempo.
Existe una hermandad casi intrínseca, y esto no son solo palabras, sino que hay hechos y situaciones que así lo confirman. Ya en tiempos de la Revolución de Mayo había italianos en estas tierras, luego llegaron las grandes oleadas migratorias.
Podría decirse incluso, que un poco de la Argentina está hecha por italianos, y no hay casi en Italia quien no tenga un familiar, un amigo o un conocido en Argentina. Hoy, muchos argentinos, llevan sangre de origen italiano. Muchas obras hacen honor a Italia, muchos caminos, puentes, arquitectura, fueron hechos por sangre italiana o por tantos italianos que también son argentinos y que aman esta fecunda tierra que nos hermana. Y de estos sentimientos encontrados, nace la hermandad entre sus pueblos, entre su gente, compartiendo e interactuando por un bien en común y creando lazos que van desde el intercambio de ideas y el conocimiento de las respectivas culturas, hasta la puesta en marcha de acciones cooperativas, que construyen y profundizan vínculos de estrecha solidaridad y unifican fuerzas.
A través de la Italicidad, las distintas colectividades italianas en nuestro país, comparten las formas en que se asume su cultura, su historia, su lengua, sus y costumbres en un mundo cada vez más globalizado y a través del cual, generar vínculos trae en si, mutuas ventajas. Es así como la hermandad italoargentina construyo un ADN del hacer, del saber hacer, de emprender, de ser solidarios, que continúa hoy en día en la Argentina, transitando un proceso de re interpretar su cultura y re descubrir esos vínculos de hermandad.
Crece desde el pie____________________
David Monay y María Fernanda Saladini
En estos tiempos que corren, promover un aprendizaje solidario, requiere de paciencia y tolerancia. Los implicados deben sostener un “medioambiente educativo” adecuado, sumado a la gran responsabilidad que supone la organización de la casa, la familia y el entorno.
Traemos nuevamente a la familia “Los Macha”, a efectos de ilustrar.
“A Don Juan Domingo, padre, le solicitaron un trabajo distinto. Entre tantos trabajos, le había mandado su patrón, el dueño de la estancia, que le ayude a entretener a su hijo Darío, en los días de las vacaciones de invierno. – Que aprenda cosas del campo, que logre respetar, en fin, que sea independiente (pensar, que soy hincha de Racing, comento para sus adentros, Juan Domingo.) – le encomendaron y ordenaron. –Tendré que llevarlo conmigo y mis hijos al trabajo diario – asintió dudosamente. – Permitido – le respondieron.
Justo estaba haciendo hoyos para un alambrado que dividía a dos lotes. Cada uno de sus hijos ayudaba y entre todos “hacían”: uno medía, otro miraba la altura, pero el mayor era el encargado de hacer el pozo. Y ahí se encontraba Darío, el hijo del patrón, que con gran ímpetu y deseoso de demostrar su fuerza y juventud ayudaba, como podía.
Al final del día, en la mateada en ronda, Don Juan Domingo, percibió que era el momento del aprendizaje para todos. Entonces, preguntó: – ¿qué tiene que ver “hacer un pozo” con la vida real? –.
Silencio. Miradas en búsqueda de una respuesta del mayor, él era el que los hacía y era el más antiguo. Darío, con la mirada al piso. Don Juan les preguntó mientras cargaba la yerba para mejorar el mate, – ¿escucharon alguna vez la canción de Zitarrosa, Crece desde el pie? – –No– respondieron. –Escuchémosla. –
Crece desde el pie, musiquita, crece desde el pie
uno dos y tres, derechita,
crece desde el pie. …
Crece la pared por hiladas crece la pared
crece desde el pie amurallada
crece desde el pie.
Dentro de su lata la mata crece desde el pie,
crece desde el pie la fogata
crece desde el pie.
Crecen los mejores amores crecen desde el pie,
para sus colores, las flores
crecen desde el pie.
Crece desde el pueblo el futuro crece desde el pie,
ánima del rumbo seguro
crece desde el pie.
Cantan para usted los cantores crecen desde el pie
un poco de fe y los tambores
pueden florecer.
Crece desde el pie la mañana crece desde el pie
el sonido de la campana
crece desde el pie.
Crece desde el pie la semana crece desde el pie
no hay revoluciones tempranas
crecen desde el pie.
No olvides que el día y la hora crecen desde el pie
después de la noche la aurora
crece desde el pie.
No olvides que el día y la hora crecen desde el pie
después de la noche la aurora
crece desde el pie.
Crece desde el pueblo el futuro crece desde el pie
ánima del rumbo seguro
crece desde el pie.
Luego de escucharla peguntó nuevamente: – ¿qué relación tiene la letra de la canción y la tarea de hacer hoyos, de hoy? –
Darío se animó y respondió: – el hoyo se hace desde arriba y la canción propone algo distinto.
–Así es–, dijo Don Juan, –si desean tener criterio independiente en la vida observen que lo único que se hace de arriba para abajo son los hoyos, lo demás crece desde abajo, como dice la canción. Respeten esta idea. Es importante. Ah, Darío hay viene Sol a buscarte, tu hermana. –
Don Juan, veía un gran presente en SOL i DARIO para el futuro del lugar”. (Ojo, no es un error de ortografía, es un constructo).
La autonomía es parte necesaria
de ese proceso solidario
por su significancia en el hacer diario
y aún más en el aprendizaje servicio que proponemos.
Lo solidario comienza por casa___________
Lic. Fernanda Saladini
Lic. David Monay
Vivimos un periodo de importantes transformaciones económicas y sociales. Un escenario de cambio, que abarca diferentes ámbitos de la sociedad, desde la economía hasta la política, la cultura y los estilos de vida. Un escenario que conlleva importantes desafíos para lo solidario, por lo que es necesario reflexionar sobre él.
Una historia
Una familia, Los Macha… Así los nombraban… Eran así conocidos y reconocidos.
Si preguntabas: – ¿dónde viven Los Macha?
Te respondíamos: – al fondo, en la última casa de la ensenada de la estancia Kora’gua… del caminito de la escuelita, pasa la escuela a mano derecha, la ensenada y, pregunte ahí todos saben.
Se reconocía a Los Macha por sus urgencias y ausencias; de muchos integrantes, familia popular, rural. Sus hijos y entenados, algunos ya mayorcitos y otros en “edad escolar”. La madre, sostenedora de la familia, siempre trabajando y con una fuerza en escuchar, con muchos silencios.
Don Juan Domingo era el papá, trabajador de “sol a sol” en el campo, en su oficio de alambrador. También guitarrero y “sabedor” de dar vuelta la taba para solucionar lasurgencias y ausencias.
Un día, cumpleaños de uno de los hijos, la moneda alcanzaba solo para comprar un alfajor en lugar de una torta. Cuando la madre, con todo cariño, lo puso sobre la mesa, el asombro llenó la casita. Muchos se preguntaron ¿a quién le tocaría el diminuto alfajor?… Somos muchos para “una torta” tan chiquita!!!!!
Don Juan, que conocía el pensamiento de sus hijos, atravesó el silencio con un sabio consejo: – m’hijos, repartamos este alfajor, este regalo que entre todos hemos conseguido… Para que esto sea una fiesta, no es necesario tener muchas cosas, lo importante es encontrarnos para compartir.
Se podrán imaginar que fue la torta más “rica del mundo” y el aprendizaje sirvió para toda la vida.
Es lindo, cuando vas a la estancia “encontrase” con Los Macha.
El encuentro compartido y un aprendizaje significativo en el marco de la familia, son testimonios que marcan el “carácter” y su autonomía.
La solidaridad no se da sin el encuentro con el otro y su realidad, y es ahí, en ese momento, donde el vínculo comienza a tomar forma. Un vínculo que no desconoce la identidad sino que habilita la fragilidad y promueve la acción emancipadora.
En una estrofa de la canción de Karoso Zuetta[1], menciona:
“… cuando el hombre renuncia al egoísmo
nace el Cooperativismo
como opción de superar
el difícil trance de la vida
que en un momento nos convida
a encontrarnos para andar
Solidarios siempre solidarios
solidarios nunca solitarios
en el “tu” vive el “nosotros”
Tejamos una red, desde un camino a transitar, en un encuentro posible… en cada una de nuestras acciones, marquemos el carácter del ser solidario en comunidad, donde en el tú vive el nosotros y el yo es fuerte en el otro.
Con afecto…
[1] Karoso Zuetta. 1997. Canción: Nuestra Bandera es Cooperar. https://www.youtube.com/watch?v=uYkgAOmMF_M
S.O.S. Un Proyecto Integrador_____________
Magdalena Morard
Ciudad Autónoma de Bs. As
Un día despertamos y fue descubrirnos más vulnerables, desolados en medio de una pandemia inesperada. Ahora el mundo ya no es tan seguro como nos parecía.
¿POR QUÉ y por qué no?
El primer día de cuarentena me pregunté ¿Qué es esto? ¿Por qué? Y con los días fui aprendiendo ¿Y por qué no? Creíamos tener el control de nuestras vidas, ensimismados en nuestros proyectos, en cumplir metas y que el tiempo pase.
Solidaridad en crisis
Aislados no significa que estamos alejados de lo que acontece.
Estamos sumergidos en una extraña paradoja, debemos mantenernos aislados para el bien de toda la comunidad.
El dolor y el sufrimiento son inevitables. El hambre y el frío, no.
Espíritu colaborativo
Con una crisis sanitaria en ciernes, allí donde no llegan las políticas de Estado, estamos obligados más que nunca a repensar estrategias de política social. El cooperativismo es un camino.
Poniendo al servicio de los demás, con el don que cada uno recibió y entendiendo que la verdadera humildad está en el que recibe, no en el que da.
Ventajas y desventajas
Hay ventajas en esto que nos pasa de estar confinados. Tenemos más tiempo, no viajamos a nuestro lugar de trabajo, no hay programas al aire libre, estamos más descansados, y más lindezas.
Momento ideal para reprogramar, racionalizar, reconfigurarnos. Cambiar la fase.
Tendremos que establecer esquemas de cooperación, obligar a pensar en distribuir recursos para muchos. Cada uno es responsable por su salud y la del cercano y no por simple amenaza o peligro de que nos enferme, sino porque el otro me afecta como humano, como compañero, como persona igual a mí.
Ser solidarios tiene un objetivo dual, de reciprocidad. El objetivo se reafirma con cada acción, y la acción se vuelve una oportunidad, más que un fin.
Romper con el paradigma de fronteras en un mundo globalizado
Este momento de realidad aumentada, —sin nada de virtual—, ha provocado un tambaleo en las estructuras económicas más sólidas. En consecuencia, los despidos y el descalabro social quedó servido.
En una sociedad con tendencia a la entropía y de intramuros, lo que nos toca es torcer ese destino de miedo que llevaría a elevar más nuestros propios muros y que el afuera se ordene solo.
Nos gusta imaginar el futuro, pero para que todos alcancemos el mañana, lo cercano es ayudar.
Un movimiento humanitario en concreto, de asistencia integral a los que quedan alejados de toda ayuda burocrática: los marginalizados, con necesidades concretas y vitales.
Multiculturales, con inspiración humanista.
Ser actores intermediarios
—Ser el nexo que acerque soluciones sin promesas.
—Ser los que atemos cabos sin esperar beneficio alguno. Lo genuino del servir si puedo hacerlo.
Es como en la amistad, se está en momentos de crisis y en los gloriosos.
—Ser un instrumento cuando el Estado no alcanza, atender a los que están al costado del camino.
Cuánto bien, si podemos mitigar el sufrimiento de alguien más.
—Hacer que nuestro asunto sea también el otro, que en nuestros proyectos estén incluidos los demás en la misma comunidad que nos contiene.
Reafirmando el mensaje del Papa Francisco, “Nadie se salva solo”.
El desafío
Transformarnos a través de la solidaridad. Ser más humanos por amor a nuestra comunidad, que cada vez más, es de solitarios.
Acercar recursos básicos, acompañar, repartir mejor. Libre de ideologías para que cada individuo pueda realizarse y cumplir su propia historia, sus sueños-
Que podamos ser el contrapeso ante este escenario de crisis mundial, volviendo la mirada más que nunca a nuestro prójimo en riesgo.
El amor fraternal salvará a la humanidad.
La solidaridad en tiempos de pandemia____
Lic. Matias Conte
Cartoneros y cartoneras, recuperadores de la humanidad como las abejas para la naturaleza.
Se está abriendo la tierra, el mundo está cambiando, una crisis/oportunidad (oportucrisis) inédita nos está atravesando como comunidad global. Es un momento oportuno para derribar los muros, abrir el corazón y bajar la rigidez, este momento está demostrando que la batalla de los duros nos lleva a la destrucción de la naturaleza y a mirarnos como competidores en lugar de hermanos/as compañeros/as hijos e hijas de la tierra.
Da la sensación en este contexto que quién no se abre queda afuera, va a quedarse cada vez más encerrado en viejos preceptos porque más que nunca queda en evidencia que “nadie se salva sólo”. Somos parte de una cadena, estamos todos conectados, lo que pasa en China repercute en José León Suárez, en Estados Unidos y en África. Éste regalo nos ofrece este momento de incertidumbre y angustia, nos duele el dolor pero también nos alegra el amor que brota de muchos y muchas en este momento. Es momento de traccionar y de visibilizar las batallas y las solidaridades que estaban presentes antes de la pandemia, mirar a los invisibles que vienen estando a favor de esta corriente, los eslabones imprescindibles que hacen que el mundo siga siendo humano y que la resistencia y la esperanza sigan siendo posibles. De alguna manera ellos/nosotros estábamos esperando que algo pase, de alguna forma esperábamos este propicio momento en el que mundo se mire al espejo y nos demos cuenta de la desconexión que estamos viviendo y así podamos encarnar que depende de todos y de cada uno/a tener una vida digna creativa en esta aldea comunitaria global aquí y ahora.
Aquí y ahora, acá en la esquina la vida siempre transcurrió en la puerta de nuestra casa, quizás ahora es un momento para abrir los ojos, responder al llamado y ver lo que no veíamos. Lo que generamos, lo que hacemos, lo que dejamos de hacer, lo que ignoramos.
Qué pasaría si desaparecieran las abejas?
Trabajo con cartoneros y cartoneras dentro del Movimiento de Trabajadores Excluidos, hace 1 año y medio que milito esta causa de los recicladores urbanos. Ellos/as son las abejas del sistema, son un claro ejemplo de la cadena humana que somos (también con los animales y la naturaleza), visibilizan el mutualismo, es decir exhiben la mutua dependencia de los seres entre sí y con el todo. Las abejas dependen de las flores para su alimentación y las flores de las abejas para su polinización. El mutualismo es una forma de vida en la que dos especies se unen y cada cual pone algo de su parte para la sobrevivencia de ambas. Ellos y ellas le ponen el cuerpo todos los días a este trabajo tan necesario (para ellos/as y) para todos en este tiempo. Su trabajo consiste en reciclar: cartón, diario, papel, pet, plástico, nylon, aluminio, vidrio, etc… Todos esos materiales que usamos y tiramos pero siguen teniendo valor (“la plata está tirada en la calle”) y gracias a ellos/as no son desechados ni enterrados en la tierra con daño ambiental y ecológico que conlleva. Con su trabajo vuelven a incluir lo que está excluido.
Si empezamos a mirar al costado los vamos a ver en todos los barrios en todas las calles, quizás incluso algunos/as les entreguen sus reciclables en persona, quizás sepan sus nombre o tengan una relación con ellos/as. El camino que llevamos adelante los militantes es por la formalización del trabajo de estas abejas, por incluir lo que está excluido, por visibilizar sus necesidades y sus derechos como recicladores urbanos actores fundamentales para la reproducción de la vida urbana y del medio ambiente. Nuestra tarea tiene que ver con mostrar su trabajo como recicladores para que en cada municipio, en primer lugar, les permitan trabajar. En segundo lugar que el municipio los oficialice, les den ropa de trabajo adecuada, se haga cargo del asunto ambiental/laboral, colabore con las campañas de separación en origen de reciclables y dispongan de un espacio de acopio para el procesamiento, la gestión y comercialización de los materiales. Parte del proceso de formalización como trabajadores es la constitución de cooperativas de trabajo desde dónde puedan agruparse para organizarse y vender colectivamente a la industria recicladora sin intermediarios (a mejores precios). Uno de los problemas que tienen los “cartoneros” como muchos/as trabajadores/as es la concepción individual del trabajo. Aquí un ejemplo: Un cartonero sólo sale con su carro, junta materiales reciclables por distintas zonas urbanas y, si no lo para la policía, al final del día vende lo que juntó a un intermediario (“galponero”) que le paga en efectivo aproximadamente la mitad del valor que tienen los materiales en la industria recicladora.
En el MTE trabajamos para ayudar a este proceso de organización colectiva de los trabajadores primero para formalizar su trabajo en todos los municipios, para que los reconozca como recicladores urbanos. En segundo lugar para mejorar sus ingresos, al incrementar el volumen de acopio (al trabajar de forma colectiva) y tener una logística acorde para venderle directamente a la industria recicladora. Para esto trabajamos en la constitución de cooperativas formales porque para venderle la industria es necesario poder facturarle.
Este camino no es fácil y en el medio nos encontramos con un montón de necesidades que van de la mano con la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo. Acá aparece la solidaridad tan intrínseca entre los sectores excluidos que en este momento nos están dando una lección a toda la sociedad. Comedores populares, clubes barriales, centros para recuperación de adicciones, redes para la violencia de género son ejemplos de la solidaridad popular que es parte de la vida cotidiana y el sostén de estas personas.
Tenemos que aprender de los excluidos y las excluidas. En esta paradoja de ser Solitarios o Solidarios ellos nos enseñan que nadie se salva sólo, es un aprendizaje que lo viven naturalmente, quizás por tener mucho más presente la necesidad y la riqueza de reconocernos, empatizar con los/las otros/as y sostenernos mutuamente.
Mi rol en esta cadena es acompañar los procesos de formalización en municipios de la zona norte del conurbano y dar una mano en la comercialización colectiva de los materiales reciclables. A través de la Federación de cartoneros además de la herramienta de formalización y organización contamos con algunos camiones que están al servicio de la logística de los materiales para su venta. Para los compañeros/as que tienen un espacio de acopio les facilitamos la logística para la venta colectiva. Este proceso también colabora para la formalización de su trabajo en cada municipio, fortalece la identidad, mejora las condiciones económicas y visibiliza su rol fundamental para todo espacio urbano.
Este trabajo invisible también genera un beneficio económico y ambiental, todo lo que se recupera se recicla y no se entierra en el CEAMSE, lo cuál también tiene un costo muy grande de logística en la recolección de residuos en los municipios.
Los beneficios que traen estas abejas son ambientales, económicos y sociales. Es parte de un proceso de recuperación del tejido social roto, es una puerta de entrada para que empecemos a correr el velo de cómo vivimos, mirar cómo viven otros y cuánto dependemos unos de otros. El beneficio es mutuo, el aprendizaje tiene que ser mutuo. Muchas veces pienso cuánto tenemos que aprender de estos hombres y mujeres que viven en barrios populares y salen todos los días a ganarse el pan, inventando su propio trabajo, sin ser reconocidos y hacen una acción tan invisible y fundamental para todos. Igualmente la invisibilidad del enorme mérito que tiene una mujer que pone su casa a disposición para hacer una olla y dar de comer a 200 personas todos los días. Acá la solidaridad es intrínseca, es automática, fluye naturalmente. La importancia de este espíritu abeja es lo que hace que el mundo siga latiendo y haya espacio para la transformación, así como “a nivel mundial, una tercera parte de los alimentos dependen de las abejas, así como un 90% de las plantas silvestres con flor, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO)” *. La transformación depende de que podamos poner en acción este espíritu de las abejas en la naturaleza que ya está presente en muchos y muchas.
Ojalá que esta sea una oportunidad para ver lo que no veíamos, ver eso que está disponible todos los días en la puerta de nuestra casa. Concientizarnos, reflexionar y accionar son igual de importantes para transpirar la inspiración y ponerle cuerpo a este proceso de ser cada vez más solidarios, más hermanos/as y más humanos. La mutua dependencia es una oportunidad, estos hombres y mujeres son testigos de ello poniéndole el cuerpo diariamente.