Podemos ser solidarios? Una simple palabra o una actitud de vida?

La solidaridad es uno de los valores humanos más importantes para las personas y la vida en sociedad. La solidaridad implica ayuda mutua, implicación con el prójimo sin ningún interés.

En una sociedad en la que prima el individualismo y la competitividad, puede ser muy complicado enseñar a los niños a ser solidarios. Sin embargo, es esencial enseñar a los niños a ser solidarios, ya que conseguiremos una sociedad más humana y más justa.


La solidaridad es uno de los valores humanos más importantes, ya que consiste en brindar la ayuda a otro que la necesita. Desde la sociología se entiende la solidaridad como el sentimiento de unidad que se basa en metas o intereses comunes, hace referencia a la capacidad y la voluntad de algunas personas de ayudar a otros sin recibir nada a cambio.

La solidaridad se entiende como la capacidad y la voluntad de compartir hogar, alimentos, sentimientos, etc. con otro ser vivo sin tener en cuenta su situación económica.

La solidaridad es básica para unas relaciones humanas más justas y para una interacción más humana, a través de la solidaridad se tiene en cuenta que los bienes no son solo lo material y se valoran otras cosas más allá de lo material.

La solidaridad tiene muchos beneficios para las personas, no solo para el que recibe la ayuda, sino también para el que es solidario.

La solidaridad es más que el propio acto de ser solidario y de ayudar sin esperar nada a cambio, es un valor humano y por lo tanto se convierte en una actitud, en una manera de actuar. El que es solidario ejerce la acción de ayudar, pero además puede interiorizar una actitud solidaria y por lo tanto queda libre del materialismo y del individualismo.

Ayudar a los demás sin esperar nada a cambio tiene muchas ventajas que impactan de forma positiva en aquellos que son solidarios:

Ser solidario nos ayuda a conectar con los demás. Podemos entender y conectar de un modo menos egoísta con los demás, atendiendo a las verdaderas necesidades del otro.


Contribuye al desarrollo de la empatía. Ser solidario nos ayuda a ponernos en el lugar del otro.

Mejora el bienestar. Ya que ejercer la solidaridad favorece el desarrollo de la confianza y de la autoestima.


La solidaridad promueve unas relaciones sociales sanas y satisfactorias. Basadas en la simple relación y no en otros intereses.