Lo solidario comienza por casa

Vivimos un periodo de importantes transformaciones económicas y sociales. Un escenario de cambio, que abarca diferentes ámbitos de la sociedad, desde la economía hasta la política, la cultura y los estilos de vida. Un escenario que conlleva importantes desafíos para lo solidario, por lo que es necesario reflexionar sobre él.

Una historia

Una familia, Los Macha… Así los nombraban… Eran así conocidos y reconocidos.

Si preguntabas: – ¿dónde viven Los Macha?

Te respondíamos: – al fondo, en la última casa de la ensenada de la estancia Kora’gua… del caminito de la escuelita, pasa la escuela a mano derecha, la ensenada y, pregunte ahí todos saben.

Se reconocía a Los Macha por sus urgencias y ausencias; de muchos integrantes, familia popular, rural. Sus hijos y entenados, algunos ya mayorcitos y otros en “edad escolar”. La madre, sostenedora de la familia, siempre trabajando y con una fuerza en escuchar, con muchos silencios.

Don Juan Domingo era el papá, trabajador de “sol a sol” en el campo, en su oficio de alambrador. También guitarrero y “sabedor” de dar vuelta la taba para solucionar las urgencias y ausencias.

Un día, cumpleaños de uno de los hijos, la moneda alcanzaba solo para comprar un alfajor en lugar de una torta. Cuando la madre, con todo cariño, lo puso sobre la mesa, el asombro llenó la casita. Muchos se preguntaron ¿a quién le tocaría el diminuto alfajor?… Somos muchos para “una torta” tan chiquita!!!!!

Don Juan, que conocía el pensamiento de sus hijos, atravesó el silencio con un sabio consejo: –  m’hijos, repartamos este alfajor, este regalo que entre todos  hemos conseguido… Para que esto sea una fiesta, no es necesario tener muchas cosas, lo importante es encontrarnos para compartir.

Se podrán imaginar que fue la torta más “rica del mundo” y el aprendizaje sirvió para toda la vida.

Es lindo, cuando vas a la estancia “encontrase” con Los Macha.

El encuentro compartido y un aprendizaje significativo en el marco de la familia, son testimonios que marcan el “carácter” y su autonomía.

La solidaridad no se dá sin el encuentro con el otro y su realidad, y es ahí, en ese momento, donde el vínculo comienza a tomar forma. Un vínculo que no desconoce la identidad sino que habilita la fragilidad y promueve la acción emancipadora.

En una estrofa de la canción de Karoso Zuetta[1], menciona:

“… cuando el hombre renuncia al egoísmo

nace el Cooperativismo

como opción de superar

el difícil trance de la vida

que en un momento nos convida

a encontrarnos para andar

Solidarios siempre solidarios

solidarios nunca solitarios

en el “tu” vive el “nosotros”

y el “yo” es fuerte en el “otro”

cuando descubrimos la amistad …”

Tejamos una red, desde un camino a transitar, en un encuentro posible… en cada una de nuestras acciones, marquemos el carácter del ser solidario en comunidad, donde en el tú vive el nosotros y el yo es fuerte en el otro.

Con afecto…

Fernanda – Bocha

Aprendizaje Solidario


[1] Karoso Zuetta. 1997. Canción: Nuestra Bandera es Cooperar. https://www.youtube.com/watch?v=uYkgAOmMF_M

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